jueves, 2 de diciembre de 2010

Las lunas de otoño

De estas palidas lunas de otoño,
Languidecen las miradas vespertinas,
Que en su furtiva búsqueda,
Encuentran solo desencanto,
Y es tan solo el viento con la hojarasca,
La que se lleva los recuerdos de decenas
De primaveras,

Pero la Luna nunca cambia,
Aunque su luz no le pertenece,

El oro y la plata la envidian
,
Pues nunca tanta luz,
Ilumino tantas almas

Gustavo










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